Tarde o temprano tenía que pasar. Estar tantos años bailándole el agua a la misma no podía durar hasta el infinito. Llevo años siendo más o menos fiel sin pensar en cambiar o alternar, pero reconozco que nuestros últimos encuentros me empezaban a cansar, provocándome incluso bostezos y la mayor de las indiferencias. Así que no siento ningún tipo de culpabilidad. Todo lo contrario: estoy encantado.
Como podréis imaginar, hablo de revistas de cine. Cuando uno va a al kiosco, y yo me he pasado media infancia y adolescencia haciéndolo, podía encontrar mayormente la Fotogramas y la Cinemanía: dos revistas españolas que llevan bastantes años luchando por el mismo mercado, en una rivalidad como la de Pepsi y Coca-cola, o como Oasis y Blur en los años 90. Con una estrategia y contenidos bastante parecidos, su target es prácticamente el mismo. Si no te satisfacía ninguna de estas dos revistas, había otra también enfocada al cine más comercial, que se diferenciaba principalmente por incluir pósters por doquier: Acción – Cine y vídeo. Si eras un cinéfilo más serio y no te interesaban los cotilleos del corazón de las estrellas de cine, podías optar por la Dirigido por, que es más seria y dedicada a los reportajes y las entrevistas.
Si todavía tenías ganas de hacerte aún más el erudito, desde hace unos años se empezó a editar una versión española de la famosa revista francesa Cahiers du Cinema, en la que escribía Truffaut, por ejemplo. Sin embargo, y aunque la compré varias veces, nunca me terminó de conquistar, y le puse el veto desde el momento en el que uno de sus críticos impartió una clase en el Máster de Guión de la Universidad Pontificia de Salamanca, donde estuve como alumno. En una tarde, el crítico en cuestión puso en tela de juicio algunas de mis películas españolas favoritas, y puso por las nubes películas que, desde mi punto de vista, no había por donde cogerlas. Fue la puntilla que le hacía falta para quedar desterrada para siempre de mi estantería.
A todas estas revistas, hay que sumar una que iba dedicada especialmente a cortometrajistas, cuyo nombre no recuerdo ahora, y que además regalaba un DVD. Su andadura empezó en 2004, pero no aguantó mucho en el mercado, y desgraciadamente en menos de dos años tuvieron que cerrar.
Y así, llegamos al martes 30 de julio de 2013, cuando, al llegar con tiempo de sobra a la estación de Méndez Álvaro para tomar el autobús dirección Almería, me llama la atención la publicidad en el exterior de una famosa tienda de libros y revistas ubicada en muchas estaciones. El anuncio en cuestión es de una revista de cine en cuya portada hay una caricatura de los personajes de los hermanos Farrelly, encabezada por Cameron Díaz con el tupé engominado con-ya-os-podéis-imaginar-qué.
Tras entrar al establecimiento y ojear la Fotogramas, la Cinemanía (con su portada de Blanca Suárez en bikini) y la Dirigido por, y mirar con desdén la Cahiers du Cinèma, tomo en mis manos el nº3 de esta nueva revista, cuyo nombre es SOFILM. En su interior, una extensa entrevista a JJ Abrams, un reportaje sobre Bud Spencer, una entrevista a Nacho Vigalondo… pero sobre todo, la macroentrevista a los Hermanos Farrelli. Me gusta el diseño y el sumario, y tras ver el precio (3,90 euros), me la llevo.
Hacía muchísimo tiempo que no me enganchaba una revista. Desde la primera página hasta la 40, no me salté ni un párrafo, y de pronto estaba en Jaén, rodeado de olivos. Durante esas dos horas y media, de todo lo que leí, destaco una curiosa lista de actores que la cagaron al elegir proyectos, como Tom Selleck, que rechazó ser Indiana jones; Warren Beaty, que rechazó El Padrino, o John Travolta, que no quiso ser Forrest Gump. En el extremo de los losers, Billy Cudrup, al que le pareció cursi el guión de Titanic y rechazó el papel principal, y George Raft, que dejó que Humphrey Bogart pasar a a la historia como Rick en Casablanca.
Al margen de esta anécdota, me ha encantado el reportaje sobre Tupac, la estrella del rap, y su relación con el cine y un director en concreto, otro muy amplio sobre la influencia de la Cienciología en Hollywood, las entrevistas a JJ Abrams y los Farrelly, el reportaje sobre Steve Sipek, el tarzán de la serie B que se quemó todo el cuerpo en el rodaje de su segunda película, y dedicó su vida posterior a leones, tigres y otros grandes felinos, después de haber vivido una vida de película… La entrevista a Rosario Dawson desde un punto de vista alejado del cine, la entrevista a Nacho Vigalondo, el reportaje sobre Michael Cimino… En definitiva, que la revista me ha conquistado y volveré a comprarla. La única sección que no me ha gustado ha sido la de crítica, que está llena de spoilers. No leo una crítica para que me cuenten el argumento de una película, sino para que me den motivos para verla o no.
Lo siento, Fotogramas. Te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero hay hueco para otras en mi corazón. Aunque sigues ganando en la sección de críticas. Sigo prefiriendo las críticas de Jordi Costa, Sergi Sánchez, Jordi Battle Caminal y compañía. Ahí no adulterio que valga.